La bandera en un extremo verde con estrellas blancas y en el otro roja con franjas blancas parecida a la de Estados Unidos, me causa gracia cuando visito uno de los estados de México, que, durante el siglo diecinueve se quería independizar, esta bandera es conservada y comercializada, por su valor histórico más que por lo que podría pensarse por un espíritu todavía independentista.
Por unos momentos los ojos del mundo estuvieron en lo que antes era llamada la República de Yucatán, en particular a Mérida, por la visita del Tío Sam Bush, pero las protestas no
generaron mucha gente. Una cosa que me causo impresión al llegar fue la presencia de los tres aviones que simbolizaban la carga de poder que se situaba en esas tierras, no sé que tipo de aviones sean pero seguramente los más modernos y visiblemente los más caros, pintados de color azul… sus palabras claves “United States of America”, me hacen sentir un tanto insegura; insegura, en mi propio país y era porque sentía que podía ser en ese cualquier árabe en Nueva York blanco de sospecha aunque me vea que no mato ni una mosca. Además los tipos armados no me gustan, por mi mente pasaba cualquier acto de violación a la soberanía: a parte de las calles cerradas, actos de prepotencia y extrema seguridad…
Para la noche algunos anti bush de los radicales (por no decir destructores) ya habían hecho desmanes en el palacio municipal y dos calles antes se veían muchas patrullas y mucha gente, me acerque con una pareja que se encontraba parada en una banca tratando de saber que había pasado, su respuesta fue: “se llevaron a unos cuates”… Para el otro día el gran cabeza de corcho se había marchado…
Con la ciudad alejada de malas vibras el miércoles fue un buen día para ver la ciudad, como bien le dicen a Mérida ciudad blanca, de las pocas que he visto tan limpias, su alegría es contagiosa, su espíritu regionalista se vive a cada instante, con sus bombas, que es un expresión ingeniosa del pueblo, las cuales te sacan la risa por su doble sentido y su acento típico yucateco. Su música es romántica, las calles se inundan con sus tríos, especialmente cada jueves en la plaza de Santa Lucía y los sábados en sus noches mexicanas a un lado del paseo Montejo.
El maya yucateco se ha incorporado al lenguaje común, se usan palabras (por citar un ejemplo) como boxito que significa negrito o morenito…box=negro, ito (diminutivo)…
Su comida es algo compleja, por no decir no de mi gusto, la cochinita pibil es preparada con puerco y contiene mucha grasa, para estómagos débiles no se recomienda mucho, así como el chile habanero que es el chile más picante de todo México… aunque siempre hay una excepción, la comida yucateca de mi gusto fueron los salbutes de pavo me parecieron exquisitos… son como sopes fritos con “pavo” o mejor dicho guajolote y cebolla morada.
En la carretera a Celestún que queda a aproximadamente una hora y media, se encuentran muchos animales entre ellos tapir, víboras de cascabel que salen especialmente de una lluvia, que son constantes debido a su clima tropical pero que ayudan después de un intenso calor sobre todo en la ciudad….Al llegar a Celestún nos encontramos con un lago, que tiene brazo de mar donde se encuentran una diversidad de aves: flamingos, pelicanos, rosetas, etc…. El contacto con la naturaleza se vive a cada paso… el mar de Celestún es verde, su arena blanca y limpia… los turistas disfrutan de este maravilloso paisaje, nadando o bien caminando en las orillas del mar juntando conchitas.
De Yucatán creo que debemos aprenderle los mexicanos especialmente del centro porque (creo) somos los que más hemos perdido nuestros valores, el amor a nuestra tierra no lo digo en el sentido nacionalista, sino que es un reflejo de los valores que tenemos, el amor a la tierra: que es a las tradiciones, a nuestra gente: a nuestros artistas, a nuestros indígenas, a nuestra ciudad! Es horrible ver una ciudad llena de basura…
No sé porque se han perdido tanto las tradiciones aquí en Puebla, específicamente, no sé si se deba al origen propio de la ciudad: español o porque simplemente se han ido olvidando… creo que se debe recuperar esto... pues es lo único que nos quedará en este mundo ferozmente globalizado…
Por unos momentos los ojos del mundo estuvieron en lo que antes era llamada la República de Yucatán, en particular a Mérida, por la visita del Tío Sam Bush, pero las protestas no
generaron mucha gente. Una cosa que me causo impresión al llegar fue la presencia de los tres aviones que simbolizaban la carga de poder que se situaba en esas tierras, no sé que tipo de aviones sean pero seguramente los más modernos y visiblemente los más caros, pintados de color azul… sus palabras claves “United States of America”, me hacen sentir un tanto insegura; insegura, en mi propio país y era porque sentía que podía ser en ese cualquier árabe en Nueva York blanco de sospecha aunque me vea que no mato ni una mosca. Además los tipos armados no me gustan, por mi mente pasaba cualquier acto de violación a la soberanía: a parte de las calles cerradas, actos de prepotencia y extrema seguridad…Para la noche algunos anti bush de los radicales (por no decir destructores) ya habían hecho desmanes en el palacio municipal y dos calles antes se veían muchas patrullas y mucha gente, me acerque con una pareja que se encontraba parada en una banca tratando de saber que había pasado, su respuesta fue: “se llevaron a unos cuates”… Para el otro día el gran cabeza de corcho se había marchado…
Con la ciudad alejada de malas vibras el miércoles fue un buen día para ver la ciudad, como bien le dicen a Mérida ciudad blanca, de las pocas que he visto tan limpias, su alegría es contagiosa, su espíritu regionalista se vive a cada instante, con sus bombas, que es un expresión ingeniosa del pueblo, las cuales te sacan la risa por su doble sentido y su acento típico yucateco. Su música es romántica, las calles se inundan con sus tríos, especialmente cada jueves en la plaza de Santa Lucía y los sábados en sus noches mexicanas a un lado del paseo Montejo.
El maya yucateco se ha incorporado al lenguaje común, se usan palabras (por citar un ejemplo) como boxito que significa negrito o morenito…box=negro, ito (diminutivo)…
Su comida es algo compleja, por no decir no de mi gusto, la cochinita pibil es preparada con puerco y contiene mucha grasa, para estómagos débiles no se recomienda mucho, así como el chile habanero que es el chile más picante de todo México… aunque siempre hay una excepción, la comida yucateca de mi gusto fueron los salbutes de pavo me parecieron exquisitos… son como sopes fritos con “pavo” o mejor dicho guajolote y cebolla morada.
En la carretera a Celestún que queda a aproximadamente una hora y media, se encuentran muchos animales entre ellos tapir, víboras de cascabel que salen especialmente de una lluvia, que son constantes debido a su clima tropical pero que ayudan después de un intenso calor sobre todo en la ciudad….Al llegar a Celestún nos encontramos con un lago, que tiene brazo de mar donde se encuentran una diversidad de aves: flamingos, pelicanos, rosetas, etc…. El contacto con la naturaleza se vive a cada paso… el mar de Celestún es verde, su arena blanca y limpia… los turistas disfrutan de este maravilloso paisaje, nadando o bien caminando en las orillas del mar juntando conchitas.
De Yucatán creo que debemos aprenderle los mexicanos especialmente del centro porque (creo) somos los que más hemos perdido nuestros valores, el amor a nuestra tierra no lo digo en el sentido nacionalista, sino que es un reflejo de los valores que tenemos, el amor a la tierra: que es a las tradiciones, a nuestra gente: a nuestros artistas, a nuestros indígenas, a nuestra ciudad! Es horrible ver una ciudad llena de basura…
No sé porque se han perdido tanto las tradiciones aquí en Puebla, específicamente, no sé si se deba al origen propio de la ciudad: español o porque simplemente se han ido olvidando… creo que se debe recuperar esto... pues es lo único que nos quedará en este mundo ferozmente globalizado…
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